LA PIEL

LA PIEL

La piel es un órgano, como lo es el corazón o el hígado. Es el órgano más grande de nuestro organismo en cuanto a extensión. Sus tres capas básicas son: Epidermis, Dermis e Hipodermis. En cosmética solo se tratarán las dos primeras, epidermis y dermis, como primera capa y capa profunda.

La piel tiene múltiples funciones:

Protege el cuerpo del exterior, principalmente a través de la queratina, la melanina y el pelo.

A través de las glándulas sudoríparas ayuda a regular la temperatura del cuerpo y elimina sustancias nocivas.

Absorbe agua, luz y oxigeno para conservar la vida celular.

Nos permite relacionarnos con el exterior a través del tacto.

La capa superficial es conocida como epidermis y es la encargada de proteger las capas inferiores. Es la más vulnerable de ellas ya que está expuesta a las condiciones exteriores (frío, humedad, calor, contaminación,...). En ella podemos apreciar la renovación celular de manera más clara, ya que las células al dividirse se empujan entre ellas. Contiene una sustancia colorante llamada melanina que aumenta su producción cuando nos exponemos al sol, de ahí el bronceado.

La dermis o capa intermedia, tiene como función principal nutrir la piel, por eso, una gran cantidad de cosméticos están enfocados a esta zona.

La hipodermis o capa subdérmica es la capa inferior de la piel y está cubierta por una red de vasos sanguíneos. Su función principal es mantener el equilibrio de la piel, allí encontramos los depósitos de grasa, también almacena nutrientes para el resto de las capas.

Cuando leéis en las cajas de productos hidratantes "hidratación de las capas superficiales de la piel" significa que la hidratación se queda al límite de la epidermis. En cambio, cuando usáis cosmética de acción profunda, esta llega hasta la dermis.

EPIDERMIS Y DERMIS, LAS CAPAS BÁSICAS DE LA PIEL

LA PIEL

La lista de químicos dañinos para la salud puede ser tan comunes en los cosméticos tanto de hombres como de mujeres.

El simple hecho de lavarse la cara o el pelo, maquillarse, cepillarse los dientes, aplicarse un desodorante o teñirse el pelo se puede convertir en un atentado contra la salud si no se eligen los productos adecuados. Dentro de la la industria cosmética hay quien utiliza como ingredientes de sus geles, jabones, perfumes, champús, maquillajes, desodorantes, productos para el bebe, dentífricos, espumas de afeitar, etc., sustancias tóxicas capaces de provocar un sinfín de trastornos más o menos graves, cáncer incluido. Una realidad consentida que debe ser puesta en conocimiento del lector.

Muchas causan alergias, problemas de pigmentación, irritación de la piel, trastornos hormonales y daños genéticos a futuros bebés entre otros. Además de ser agresivos para la piel, éstos agregados químicos pueden ser nocivos para la salud a largo plazo. Muchos de estos ingredientes son cancerígenos y son usados por al industria cosmética sólo porque resultan más económicos.